El proceso de elaboración de metas hasta este punto ha implicado al cliente como principal agente para escoger las metas.
El rol del terapeuta ha sido secundario, limitado a ayudar al cliente a examinar la factibilidad, los riesgos y las desventajas del cambio.
En este punto del proceso, la función del terapeuta es decidir si puede o no puede ayudar al cliente a conseguir las metas que ha seleccionado.
El terapeuta y el cliente deberán decidir si continúan con la terapia y tratan de conseguir las metas.
El deseo implica su interés por trabajar con el cliente en los aspectos y metas que este ha identificado, sus valores y que usted acepte el valor y la importancia de las metas, dado el nivel de funcionamiento global del cliente.
La competencia implica sus destrezas y el saber-como y si usted tiene experiencia con estrategias alternativas y formas múltiples de intervención para trabajar con problemas específicos.
Cuestionarse:
1.- Ser responsivo como sea posible a las peticiones de cambio del cliente, incluso cuando estas metas no reflejan sus sesgos teóricos o preferencias personales.
2.- Si usted tiene algún impedimento especial para trabajar a favor de las metas seleccionadas, puede ser conveniente que el cliente sea derivado a otro terapeuta.
Principales impedimentos de un terapeuta:
1.- Propios conflictos no resueltos en el área que el cliente tarta de conseguir pueden bloquear la terapia.
2.- Incompatibilidad entre sus propios valores y los que se reflejan en la selección de matas que ha realizado el cliente.
3.- Sentir que la terapia no va a hacer útil cuando las condiciones que contribuyen en el problema se escapan del control del cliente o cuando el cliente no desea cambiar estos factores.
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